Desde el Modelo MEI que propongo lo defino como el proceso secuenciado de cambios biológicos que permiten el crecimiento y dominio de destrezas gruesas y finas, que le permitirán desplazarse, siguiendo un patrón de hitos, producto de la edad, las condiciones biológicas y la experiencia, cuya consolidación beneficia la adquisición de las materias instrumentales.
El
desarrollo va de lo general, a lo específico y definido y se orienta de la región de la cabeza hacia los
pies (céfalo – caudal), de igual manera, procede del centro del cuerpo hacia
los lados (próximo – distal). Cuando el niño nace, la estructura más
desarrollada es la cabeza, mientras que las más inmaduras, son las
extremidades.
Este desarrollo físico,
es continuo y gradual desde la concepción hasta la
madurez y tiende a ser constante, siempre y cuando no intervengan factores
ambiéntales adversos, tales como la desnutrición, cuyos efectos repercuten en
áreas tales como el lenguaje, conductas sociales y habilidades para resolver
problemas que pueden reflejarse en el rendimiento académico. Es por ello, que
en la escuela, este tipo de
información es de gran utilidad para que el docente organice las actividades
fuera y dentro del aula de clases tomando en cuenta el principio de
individualidad.
León (2007) define el área física
como el “proceso secuenciado de cambios en el crecimiento y la maduración,
representados por parámetros funcionales y morfológicos considerándolo como la
base de todo el proceso de desarrollo psicológico del niño” (p.84).
Numerosos estudios (Papalia, Olds
y Feldman, 2001) demuestran que los genes heredados por el niño, igualmente
tienen una firme influencia sobre su tipo corporal e interactúa con influencias
ambientales como la nutrición, el sueño y las condiciones de vida, factores
esenciales para un sano crecimiento y
barreras contra enfermedades,
tener bajo peso o menor estatura.
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