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sábado, 26 de enero de 2013

Retos Clínicos...


Cada día en mi quehacer, como psicóloga clínica infantil y su aplicación escolar, me encuentro con distintos RETOS, que me exigen un estudio constante, para poder atender e intervenir con acertado profesionalismo, tal como mis pacientes merecen.
 
Las últimas tres semanas me he mantenido ocupada con el tema de las Enfermedades Raras que han llevado a nutrirme con respecto al Síndrome de Madelung (Marissa de 5 años) y el Síndrome de Raynaud (Karelys de 10 años).

Con Marissa el reto es el desarrollo de sus destrezas motoras, que le permitan responder con eficacia a las exigencias gráficas de la escuela, afortunadamente, este síndrome no cursa con deficiencia mental. Por otro lado con Karelys, el reto es prepararla para la amputación de su falange del meñique derecho, justamente su mano predominante y con la que escribe, además tiene compromiso cognitivo leve, propio del síndrome.
 
Son síndrome diferentes y el abordaje terapéutico igualmente es diferente, mas comparto una intervención común que involucra:
  1. Nutrirme de información, con personal especializado, acerca de la enfermedad y preparar al niño para una explicación sencilla, de acuerdo a su edad, MADUREZ y nivel cognitivo, hablándole de manera clara y despacio. Los niños preescolares, requieren de menos información y menos detalles que los mayores.
  2. Indagar qué sabe el niño de su condición, con una posición neutral, sin enjuiciar sus decisiones u opiniones.
  3. Brindarle seguridad emocional, haciéndole sentir respeto físico y emocional, evitando mayor información que la que necesita y para la que está preparado recibir.
  4. Prepararlo a confiar en su personal médico y que formule sus propias preguntas cuando no comprenda algo. De la misma manera a relatar lo que le sucede.
  5. Si está muy angustiado o ansioso, dejar la conversación para otro momento. Aquí el juego es una gran aliado, sobre todo aquellos de preferencias del niño.
  6. Invitar a los familiares mas cercanos a tratar el tema, qué información manejan y atender igualmente sus dudas e inquietudes. Permitirles la libre expresión.
  7. Hacerle sentir querido, seguro y comprendido, por ello evitar mentirle y crearle falsas expectativas como "te vas a curar pronto", o lo que es peor "te paso por portarte mal" (así me preguntó Karelis).
  8. Realzar sus áreas del desarrollo en fortaleza, por ejemplo, lo bonito que pronuncia las palabras, lo buen amigo y noble que puede ser, lo excelente jugador de cualquier juego que le guste, y así evitamos que sus pensamientos se centren en lo que le angustia.
  9. Entrenar a padres en el manejo de sus emociones, despertadas a raíz del diagnóstico.
  10. Informar a todos los involucrados (docentes y amiguitos) en el proceso escolar del niño sobre su condición, sus fortalezas y límites y establecer el ajuste curricular, para evitar penalizaciones por lo que no puede hacer, como consecuencia de su síndrome.
Como profesional agradezco a la vida, el ponerme en contacto con estas personitas, que me dejan la gran lección de la vida, apesar de sus adversidades. 

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