Madurez Escolar.... una propuesta de evaluación

Bienvenidos... compartimos una pasión, la educación infantil y su desarrollo



domingo, 29 de septiembre de 2013

A la hora...

Podemos pensar que por ser nuestros niños tan pequeños, especialmente los cursantes de Educación Inicial, es indiferente la hora que pueda llegar al colegio e incluso, los dejemos un rato mas en la cama y hasta les permitimos faltar por cualquier eventualidad.

Pues bien! El horario escolar se inicia a una hora específica y termina a otra, con una intención bien definida: darle estructura al niño de todas las actividades que realizará. 

Desde que inicia la Jornada Escolar el docente tiene planificadas una serie de actividades, delimitadas en un tiempo específico, de las que el niño debe participar a su debido tiempo, puesto que son las que integran sus competencias académicas, que a este nivel se constituyen en los pre-requisitos de posteriores adquisiciones escolares.

Cuando el niño llegar después de la hora al salón de clases, se pierde en la rutina, hay que recordar que los niños muy pequeños no manejan el tiempo, por lo que les ayuda el orden en las actividades que se realizan en su colegio desde el saludo inicial que es el primer contacto con la maestra y amigos, donde se empiezan a cultivas normas y reglas de cortesía.

Los adultos les enseñamos con el ejemplo, además debemos mantener el constante diálogo que le de sentido a lo que están haciendo y se dediquen ha concentrarse únicamente a la actividad que les compete para evitar distraerse y "perder tiempo", por ejemplo: evitar tener la tele encendida cuando el niño se está preparando para el colegio.

El ejemplo también enseña que las personas impuntuales restan credibilidad, respeto y puede hacer que se pierdan grandes oportunidades. Claro está, nos vamos a encontrar con imprevistos y es aconsejable planificar con anterioridad para no ir a prisa a última hora.

Evitemos subestimar el tiempo de nuestros niños disculpándolos con un "aún está pequeño y esto no es la universidad"... la puntualidad les permitirá participar de toda su jornada escolar, estructurar su tiempo y manejar mejor la ansiedad, lo que redundará en un desarrollo íntegro y la MADUREZ suficiente para enfrentarse a los retos próximos.

domingo, 22 de septiembre de 2013

A los ojos de un niño...

El asistir a consulta psicológica, escolar o clínica, debe ser una experiencia gratificante para el niño, donde encuentre un amigo -el psicólogo infantil- de su misma edad y con sus mismos intereses, para que ésta fluya y se obtenga los resultados esperados.

Los niños van llevados con un problema que angustia a los padres, con una queja que refiere la maestra, por eso ellos no saben a qué van ni qué van a hacer y se someten a una serie de preguntas y pruebas (generalmente de dibujo) que mantiene la atención en lo que están haciendo y este es el punto.

Atender a un niño en consulta psicológica es muy diferente a atender a un adulto, por ello hay que decidir el enfoque y adecuar las estrategias empleando las mas atractivas: el juego, por ejemplo, se constituye en un gran aliado, sentarse en el piso o en sillitas y mesas para niños, acondicionar y decorar de tal manera que se sientan identificados. Nos corresponde ver y estar al día de toda la programación infantil, conocer los personajes que apasionan a los niños, saber el nombre y personalidad de cada uno, el medio donde se desenvuelven y sobre todo el mensaje que transmiten.

De igual forma, debemos estar al tanto de los programas educativos que los niños reciben en su escuela, su relación con la maestra, sus amiguitos y vecinos de la comunidad... tenemos que estar informados de las enfermedades que les padecen, incluyendo aquellas poco comunes... realmente, abordamos un amplio campo, que nos regala infinitas oportunidades para hacer cada vez mejor, nuestro trabajo, la picardía está en la preparación constante ante el nuevo reto que supone cada niño.

Es importante saber cómo nos dejamos ver ante los niños que atendemos, lo empático que podamos ser con esas personitas que de cualquier manera hacen que la vida de quienes adoptamos nuestra profesión, como un estilo de vida sea mejor, y aquí les regalo una de las respuestas mas hermosas que me han dejado (hay que darle click a la imagen que nos facilita Facebook)


A los papás les recuerdo que la consulta psicológica infantil no es un curso de milagros, ni un recetario básico, donde por arte de magia, desaparecerán lo conflictos, se mejorarán las conductas de los niños y la familia tendrá menos "problemas", con solamente tener al niño durante algún tiempo, durante algunas sesiones en la sala de consultas, dejando sobre ellos toda la responsabilidad del efecto terapéutico. Cuando un niño va a consulta psicológica, debe involucrarse toda la familia, recordemos que cada uno de nosotros asume un rol, que de cualquier manera interfiere en la dinámica familiar que puede verse afectada, por tal o cual situación. El trabajo es en equipo, familia-terapeuta...

El niño que va al psicólogo, tiene que encontrar en cada uno de nosotros la comprensión, el afecto y la calidez necesaria para que su experiencia sea única

domingo, 15 de septiembre de 2013

Desde adentro...

Por esas cosas de la vida, hoy el tema de las Enfermedades Poco Frecuentes o Raras (ER), cobra mayor importancia en mi vida. En febrero del año 2012, con motivo del día de las Enfermedades Raras, publiqué una entrada donde me hacía portavoz de quienes la padecen (sin saber que yo también padezco una) y con el único objetivo de sensibilizar a toda la comunidad que me lee y hacernos conscientes de que mientras mas conversemos acerca de ellas, mas conocidas serán y los afectados serán diagnosticados mas tempranamente, lo que beneficiará su desarrollo integral. 

Desde mi práctica psicológica y psicopedagógica clínica infantil he tenido la oportunidad de atender alguno Retos Clínicos con niños con ER y aprender acerca de las mismas, su abordaje incluyendo padres, familiares mas cercanos y contexto escolar.

Hoy, con otra visión de la vida, entiendo que este apoyo psicológico facilita el cambio y permite minimizar el impacto emocional que representa el diagnóstico, la incertidumbre de lo que vendrá y la confianza en los profesionales (des-afortunadamente pocos) que conocen y acompañaran nuestro caminar y a otros que debemos encargarnos de informar, para evitar mala praxis y decisiones desacertadas en el tratamiento.  

Cada uno de nosotros es diferente, producto de la herencia, biografía, el contexto socio-cultural y económico que nos rodea, así como de las oportunidades de estudio que hemos tenido, por lo que cada reacción ante el diagnóstico es diferente. En unos hay alteraciones que influyen de manera negativa en la adaptación a la enfermedad, impactando de cualquier manera en su calidad de vida, otros lo hacen adecuadamente y a pesar de las reestructuraciones que se exigen, pueden reinventarse y fortalecerse en la adversidad.

Hoy escribo desde adentro, y esto también es MADUREZ... enfrentarme a lo que me duele, aprender a caminar, a mirar la vida con otros ojos, a entender mejor a muchas personas que han peregrinado este camino, de inicio muy infructífero y con resultados poco agradables. Y así como les propuse una vez el tratamiento para los niños que padecen alguna enfermedad poco frecuente, hoy reitero lo importante que es nutrirme de información y prepararme para explicar lo que me aqueja y preguntar cuando la duda me agobie.

La comunicación abierta, respetuosa y empática, nos ayuda a canalizar y tomar decisiones, tan difíciles en estos momentos, por lo que hoy aplaudo y agradezco la utilización de las redes sociales como medios difusores (de gran calidad) de las ER, que responden acertadamente las dudas de quien se inicia en este camino, mis respetos para Mundo Marfan LatinoRed EDA y otras muchas que han unido esfuerzos para educar a quienes estamos afectados y a quienes queremos informarnos en el conocimiento, manejo, cuidados y abordaje de las mismas.

De la misma manera, mantener una posición neutral, sin enjuiciar ni criticar las angustias que podemos experimentar en cualquier momento, aún cuando el tratamiento esté funcionando y expresar claramente mis sentimientos (el ser psicóloga, no me hace invulnerable ante esta situación). Cada ajuste es una re-invención... un adecuar las experiencias para fortalecer mis cuidados... un sonreirle a la vida, a pesar de las adversidades y como escribe Gloria Pino en SOBREVIVENCIAS "nadie me prometió un jardín de rosas, pero yo me he procurado uno de sonrisas"...porque UNA TORTUGA FELIZ, NUNCA SE ESCONDE...



domingo, 8 de septiembre de 2013

El sueño infantil...

Se acerca el fín de las vacaciones, el volver a la rutinas y re-adquirir los hábitos que benefician el comportamiento escolar, entre ellos el del sueño contínuo y regular, reparador para continuar y responder a las exigencias y afanes propios del día siguiente.

Con frecuencia escuchamos decir que ochos horas de sueño son suficientes... sólo para los adultos!!! En los niños esta necesidad biológica es muy diferente: su tiempo, intensidad, frecuencia varía en atención a la edad y éste es un acto que debe respetarse, indistintamente de la hora que se manifieste, cuando hablo de respetarse, me refiero específicamente a que debe evitarse ser interrumpido repentinamente y sin objetivo válido que amerite tal acción.

De recién nacidos, los niños pasan largas horas durmiendo, sólo interrumpidas para alimentarse y a medida que avanzan en edad, estos períodos de sueño se van acortando y de un sueño contínuo y prolongado, pasan a intérvalos de siestas (dos o tres durante le día) para luego dormir toda la noche, no obstante hay que tener presente que hasta los seis años de edad, el niño requiere de 12 horas de sueño continuas durante la noche.

El sueño durante la primera infancia tiene un papel fundamental en el desarrollo del cerebro del bebé, reflejando los cambios que sufre, como el aumento en la conectividad sináptica de los ensamblajes neuronales, los cambios en la propiedades de los neurotransmisores y los neurorreceptores o aumento de la mieinización del cerebro (Jenni et al, 2004)

Es difícil definir un patrón normal o saludable de sueño en la infancia ya que se debe tener en cuenta, además de los cambios relacionados con el desarrollo normal, el crecimiento y la MADURACIÓN física, las influencias culturales, ambientales y sociales que afectaran este sueño. El niño que duerme bien mantendrá una rutina previa a acostarse caracterizada por interacciones positivas, relajantes, placenteras para evitar que sea un comportamiento de coacción u oposición, lo que se traducirá en buen rendimiento escolar y de las otras actividades de las que participe, disminución de irritabilidad y rabietas, establecimientos de hábitos y rutinas que permitirán el establecimiento de normas y límites, siendo diferente solamente cuando se muestre enfermo. 

Igualmente durante el sueño, el niño empieza a adquirir algunos "hábitos" que al desatender se vuelven permanentes y difíciles de erradicar, tales como: dormir con mantas, osos, dormir entre los padres, sentir el cabello de mamá, alguna luz encendida o algo que le haga ruido, entre muchas cosas de las que cada familia tendrá una interesante historia. Aquí es importante diferenciar terrores nocturnos, pesadillas, insonnio y buscar la ayuda del profesional antes de que la situación salga fuera del control de los papás y el bienestar de ambos se ve comprometido (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17371111.)

Un tratamiento que aplico con muy buenos resultados es la modificación de conducta reforzando que:
  1. Un hábito (deseable o no) se instala al repetirlo, asociando los elementos externos y la actitud de quien lo enseña.
  2. Los elementos externos del sueño entonces son su cama, su osito o manta y/u otros elementos de su habitación.
  3. Para dormir al niño, hay que evitar darle algo que luego hay que retirarle: dormirlo en brazos y luego llevarlo a su cama, por ejemplo.
  4. Los padres deben abandonar la habitación del niño cuando aún está despierto, de esta manera el niño se duerme solo, sin asociar a sus padres con el inicio del sueño.
A los padres hay que involucrarlos, ya que el comportamiento de estos puede impedir que los niños puedan dormirse solos creyendo que no están atendiendo a sus niños cuando éstos los necesitan. Hay que convencerlos que la insatisfacción, dolor o sentimiento de culpa que puedan experimentar, tiene importantes efectos positivos al salvar esa resistencia natural del amor paterno que impiden que los padres den a sus hijos lo que no necesitan.

domingo, 1 de septiembre de 2013

NIños Deportistas...

De todos es conocido el gran beneficio que aporta al niño, la practica deportiva constante y planificada. Representa beneficios en el estado de salud físico y bienestar mental, se muestran mas sociables y hasta pueden controlar mejor su ansiedad, de la misma manera aprenden valores positivos como la colaboración y la sana competición. Físicamente le ayuda a aumentar la capacidad cardiovascular y a controlar su peso, además a alargo plazo, disminuye la posibilidad de sufrir enfermedades como diabetes y osteoporosis.

Al momento de seleccionar el deporte a practicar, se debe tener en cuenta si éste es una práctica grupal o individual, en atención a la personalidad y temperamento del niño, para que realmente sea una práctica que el niño disfrute con agrado y no se convierta en una pesada obligación.

Pero cuidado! esta práctica debe hacerse de forma adecuada y bajo la vigilancia de un profesional, sino se pueden producir lesiones. Por otro lado hay que evitar que le deporte se convierta en una obsesión que les lleve a perderse experiencias claves para su edad y es aquí donde la familia, juega un papel fundamental, sirviendo de apoyo, en caso de que los resultados no sean los esperados.

Los padres están para animarlos y ajustar sus rutinas para que el niño participe y disfrute de diferentes actividades que lo complementan, Cómo hacerlo?
  1. Apoyar a los niños
  2. Asistir y animarlos en los partidos y entrenamientos
  3. Conocer al entrenador y compañeros de equipo
  4. Permitirle que se equivoque y prepararlo para el fracaso
  5. Evitar expectativas muy altas y/o presionarlo para que sea el mejor.
Otra consideración importante a tomar en cuenta es si el niño padece alguna enfermedad crónica o poco frecuente. Estas deben orientar la selección del deporte a realizar según las capacidades y alcance físico del niño para no sobre-exponerlo a situaciones que vayan en detrimento de su salud integral. Una vez seleccionado el deporte, brindarle al entrenador suficiente información para hacer los ajustes pertinente, si fuera el caso e igualmente dar información a los compañeros de equipo, de manera que los errores o fallas sean poco criticados o si el niño amerita de alguna consideración particular, no se interprete como preferencia, sino como el trato adecuado a su condición.

La práctica deportiva igualmente estimula su MADUREZ y les aproxima a su mejor desarrollo integral.