Otra experiencia compartida en Talca (Chile) fué la expuesta por la Psic. Marcela Tenorio, con quien acuerdo que la tecnología, es una herramienta útil y de gran interés para los niños, y debe ser aprovechada al momento de evaluar sus habilidades, haciendo de ésta, una forma mas divertida, ya que se comparte y colabora, a manera de juego, siendo éste el mediador por excelencia para el trabajo con los chiquitos.
Al evaluar cognitivamente, se evalúan constructos, en una tarea específica, entendiendo, que esta tarea, se correlaciona teórica y empíricamente con precursores de la habilidad. Por ejemplo a la lectura, la precede la conciencia fonológica y a la matemática, las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo.
En mí está la inquietud, de que el instrumento que diseño para evaluar Madurez Escolar, sea presentado en formato digital, partiendo de la experiencia con los niños, que llegan a mi consulta con sus consolas, y en diversas ocasiones me aprovecho de ellas para justamente medir e intervenir en su organización lingüística - semántica, su percepción visual - anlítica, la toma de decisiones y la velocidad de procesamiento - ejecución, entre muchas otras funciones, concluyo que los niños de hoy son Nativos Digitales, aún viniendo de los sectores mas vulnerables, por lo que debemos evitar la brecha cronológica, impuesta por la misma tecnología.
Las oportunidades que muestra, presentan una atractiva forma de evaluación confiable y entretenida, por ser una herramienta altamente motivante. Tradicionalmente al evaluar, enfrentando al niño a las pruebas conocidas, suficientemente válidas y confiables, se corre el riesgo, de que se pierda el interés y se torne aburrida, por la extensión y las directrices dadas para que responda al reactivo, que es lo que permitirá posteriormente, definir el coeficiente o ubicación dentro del baremo de las habilidades que queremos medir. Visto así, el control del error de medición se hace aún mas difícil.
Nos corresponde avanzar en estos conocimientos y apropiación tecnológica, para acompañar a estos nativos digitales, que impacte, no sólo en lo académico y teórico, sino en la comunidad, de manera que continuemos la evaluación e intervención psicológica, sin que el niño se atemorice por el fracaso y sea menor la posibilidad de abandono de la tarea.
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