Ya en la tranquilidad de la tarde del domingo, mi reflexión se dirige a esos momentos difíciles, de pérdida, separación, despedidas... diferentes en cada niño.

Para un niño la pérdida es una de esas situaciones emocionalmente complejas, en las que debe manejar un conjunto de factores relacionados que van desde la tristeza hasta el dolor físico, frustraciones, que por no saberse explicar, se manifiestan en berrinches, agresión y autoagresiones, encierro y aislamiento, períodos de silencio y preferencia por la soledad... para ellos, la pérdida la viven de muchas formas... la "mima" (cobijita, pañal, trapito) con el que duermen desde bebés, su mascota, el chupón, su juguete favorito, la fotografía de alguien, sus compañeros de grado, la maestra que les atendía con cariño... mas cuando pierden uno de sus progenitores, me quedo sin herramientas, solo puedo quedarme allí, a su lado, en silencio, tomándoles la mano, si me lo permiten... las palabras están demás (y es que no las tengo)...

El viernes, me decía uno de ellos "Recuerdas que cuando ayudaste a que mi mamá me dijera, que mi papá había muerto en el accidente, tu tenías una blusa rosada..._" y fue allí donde hice insigh de lo determinante que fué ese momento, que hasta la ropa que yo tenía puesta, aún recuerda... es atención plena? es memoria? segura estoy de que es EXPERIENCIA SIGNIFICATIVA... esa que hace, que cada situación o vivencia nos deje un aprendizaje, que luego podemos enriquecer con otros similares, hasta conformar el cúmulo, que constituye nuestra EXPERIENCIA PERSONAL...

Así toda nuestra vida, personal, escolar, laboral... entonces, es MADUREZ... tomar de la vivencia el aprendizaje, interiorizarlo (asimilación en palaras de Piaget), enlazarlo junto con las vivencias anteriores (acomodación) y continuar viviendo (puesta en práctica)... MADUREZ, ES ESTAR LISTO... y dentro de ese estar listo, es tener la gran disposición a aprender!!!