El Autismo es una condición de vida cuya prevalencia actualmente es 1 de cada 68 niños, provocando desgaste emocional que desvía el curso normal de una vida familiar y escolar de la persona afectada.
Dada la alta prevalencia, cada día son mas los profesionales y familiares que buscan nutrirse de información adecuada, para darle a esta persona con autismo, el trato mas adecuado, en función de potenciar sus capacidades y brindarle calidad de vida, desde las estrategias de afrontamiento que cada uno dispone.
El día de ayer, sábado 17 de enero, nos reunimos un grupo de profesionales con la firme convicción de que los saberes y prácticas efectivas, deben compartirse con las comunidades y mas aún, con las comunidades involucradas o partícipes de una condición de vida como los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TEA; ahora diferenciados por grados de severidad en el DSM-5), en familiares y/o alumnos. La convocatoria fué exitosa y nos acompañaron alrededor de 500 personas quienes nos confirmaron, que sólo el aprendizaje, nos enriquece.
La temática estuvo centrada en la inclusión, como garante de un desarrollo integral, desde las diferentes áreas: físico, motor, senso-perceptivo, cognitivo, académico, lenguaje y socio-afectivo, tal como lo propongo en mi Modelo de Madurez Escolar Integral, que buscan establecer los parámetros dentro de los cuales se desenvuelve cada niño con autismo, para tener ese punto de partida que permitirá establecer las adecuaciones curriculares pertinentes, que se traducirán en respeto a su integridad.
La Dra. Cecilia Montiel, del Centro de Psicología Infantil, enfatizaba que dentro de las personas diagnosticadas con autismo, todas son diferentes, por ello los padres deben estar preparados y en conocimiento de las leyes que les preparen a defender sus derechos y tener las mismas oportunidades, porque no es un favor que se les está haciendo. El entendimiento de este derecho se inicia en la escuela, por lo que hay que aclarar, que se busca la inclusión, es decir, participar de las mismas actividades y no la integración, que se entiende como una planificación paralela, donde se tiene al niño con actividades escolares diferentes.
Posteriormente la Psic. Ana de Sosa del Centro TEA (organizador de la actividad) nos explicaba que dentro del Perfil Cognitivo del alumno con TEA, se debe atender a unas funciones específicas, que demarcan esta área del desarrollo:
- Atención: es de túnel, muy selectiva, donde ven detalles y no el todo.
- Senso-Perceptiva: el sistema vestibular y propioceptivo, les lleva al movimiento hasta lograr el equilibrio. Si no se entiendo cómo se está procesando la información, no pueden hacerse ajustes.
- Estereotipias: ellos buscan aislarse para evitar determinada situación.
- Memoria: es la competencia mejor conservada, con grandes habilidades visuales pero dificultades para la comprensión e inferencia.
- Asociación: se les dificulta el procesamiento auditivo, por lo que primero hay que trabajar el lenguaje y luego las destrezas sociales.
- Análisis, Inferencia e Hipótesis: el pensamiento de una persona con autismo es muy concreto y se les dificulta el anticipar, por que se debe trabajar la flexibilidad mental.
Concluía la psicóloga, que hay conductas que tanto por déficit, como por exceso que hay que atender, por lo que la observación es clave, para determinar las causas del comportamiento que demuestra el niño.
Para concluir la mañana, las Psicólogas María Elena Liebster y Fátima Nevado, de la Fundación Afecto Venezuela, destacaron la promoción del Buen Trato, para todas las personas, no sólo con autismo, sino todo el que posea una discapacidad, y yo agrego, a quienes están afectada por un Enfermedad Poco Frecuente (EPoF). Debemos trabajar todos los que estamos en el colegio, porque somos el cambio que queremos ver (Ghandi).
La inclusión responde positivamente a la participación activa, donde cada uno tenemos diferencias, que no nos apartan ni excluyen, sino que nos enseñan los valores, como creencias y sentimientos.
La familia es la primera formadora en valores como la tolerancia, la empatía y el respeto, y la escuela es la reforzadora de estos valores familiares...
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