Madurez Escolar.... una propuesta de evaluación

Bienvenidos... compartimos una pasión, la educación infantil y su desarrollo



domingo, 19 de enero de 2014

Etiqueta Diagnóstica...

Uno de los temas mas controversiales en la práctica clínica psicológica, tanto infantil como de adultos, así como en otras especialidades médicas, es el colocar o no, una etiqueta que defina la patología, sintomatología o caracterización del paciente que acude a la consulta. Es un tema álgido que provoca reacciones de distinta índole... a favor y en contra.

Diagnosticar es comprender para explicar y prevenir efectos negativos, potenciando los positivos mas allá de la aplicación de pruebas proyectivas y psicométricas, para luego interpretar esos datos diacrónicos, enfatizando en que no es un proceso acabado, sino abierto a las modificaciones que el posterior tratamiento exige.

Particularmente pienso que el soporte del diagnóstico debe estar primero en la ética profesional del psicólogo o médico responsable, de igual manera en la EDUCACIÓN de todos los que nos rodean, de forma que los afectados seamos tratados desde lo que somos y no desde lo que tenemos. Lo importante es reconocer que NO SE ES la enfermedad o psicopatología, sólo se PADECE, por eso no tenemos niños autistas, tenemos niños con autismo; tampoco son niños TDA-H, son niños con déficit de atención con o sin hiperactividad y así el sin fin de nombres que requiere la atención del profesional para saber cómo intervenir oportunamente, con el diseño de un plan de trabajo consistente y factible, como forma de anticipar las limitaciones que se encontrarán en el camino.

Esta mañana, mientras desayunaba con un buen amigo, volvieron a mi cabeza pensamientos de cuando es difícil saber lo que está pasando y hace que el niño (o paciente adulto) presente determinada conducta, penalizante, en la mayoría de los casos y fué aquí cuando entendí que siempre es bueno saber "cómo se llama" ese amigo silente que camina con nosotros, porque de cualquier manera, orienta la ruta del tratamiento y lo pertinente que pueda ser, según la intensidad de los síntomas presentes... creo que también el saber el nombre, nos da tranquilidad, porque seremos tratados clínicamente desde lo que nos afecta y no haciendo ensayos infructíferos que no conducen a nada y comprometen seriamente nuestra salud.

Luego el asumir que se tiene una enfermedad, física o mental, siempre conlleva un compromiso llamado tratamiento, que en el caso específico del niño, la responsabilidad recae en un adulto cuidador, llámese padre, madre o cualquier persona que tenga su custodia, por lo que no podemos olvidar las diferencias individuales y la MADUREZ del niño para enfrentarse a este proceso, que puede implicar, ligereza por la adecuada aceptación del mismo o rechazo por lo exigente y limitante que pueda ser.

Diagnostica no es rotular... es saber qué nos aqueja y en función de ello, intervenir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario