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domingo, 27 de octubre de 2013

Habilidades Sociales...

Los niños diariamente, se enfrentan a distintas experiencias, bien sea con sus pares o con los adultos con quienes comparten su familia, su escuela y su comunidad. Cada una de estas experiencias encierra un modo de proceder del que dependerá el éxito o fracaso de la misma.

Durante la primera infancia, hasta los tres años, los niños pueden estar juntos, mas cada quien está por su lado "haciendo algo" en particular que poco tiene que ver con lo que hace su co-etáreo y por ello el juego se llama paralelo, entonces las relaciones sociales, parecieran no ser tan importantes, sin embargo hay un intercambio personal entre ellos, que les lleva a custodiar su espacio físico, a no prestar sus juguetes y con frecuencia escuchamos "esto es mío", molestarse, llorar e incluso morder, cuando son abordados por otros.

A medida que transcurren los años de la infancia, las relaciones empiezan a cobrar importancia y de un paralelismo, se inicia una reciprocidad, con relaciones fuera de la familia, con sus compañeros de estudios, maestros y comunidad, donde la aceptación por parte de los otros es determinante y es aquí donde entran en juego las Habilidades Sociales, como herramientas de desempeño en la vida.

Los padres están ajenos a los peligros y contratiempos que su hijo pueda tener en la escuela o con sus amigos, de esta manera hay que educarlos para que respeten las diferencias, manifiesten sus puntos de vista de forma clara y enérgica, pidan disculpas cuando la ocasión lo amerite y sobre todo se mantengan firmes cuando tienen razón.

Estas habilidades también se enseñan, y un paso a paso podría ser*:
  1. Evaluar la capacidad actual de la resolución social y de problemas del niño: al asumir que ellos no pueden resolver sus dificultades e intervenir directamente, les estamos enseñando al niño que no lo puede hacer y los volvemos dependientes y ansiosos.
  2. Evitar ser excesivamente críticos con sus primeros intentos: de seguro manejará ciertas cosas de mal manera, pero si les demostramos severidad dejarán de intentarlo.
  3. Servir de modelo en la resolución de problemas: tal como actuemos nosotros, así actuaran nuestro hijos.
Enseñar y estimular Habilidades Sociales para la vida, es un gesto que nos agradecerán toda la vida... y esto también es MADUREZ.

*Tomado del libro NIÑOS OPTIMISTAS de Seligman (2005)

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