La realidad histórica – actual de
mi país Venezuela, me permite escribir desde otro lugar, desde otra posición,
mas social y de mayor concientización hacia la responsabilidad, que pesa sobre nuestros
hombros de adultos, con derecho a votar, y que tenemos en nuestras manos una decisión
política de trascendencia inmediata e infinita, de la que nuestros hijos son
partícipes y herederos.
Son partícipes, porque están
vivos, y de cualquier manera, disfrutan lo agradable y sufren los sinsabores de
las dificultades que estas decisiones abrazan.
Son herederos, porque su futuro
depende de nuestra siembra, ellos recogerán los frutos, y… qué frutos queremos
dejarles? El fruto de la victoria, con
la seguridad de haber hecho las cosas con valentía, coraje y cordura, o el
fruto amargo del conformismo, la cobardía, el silencio pasivo o el no haber
luchado por unos ideales de progreso y bienestar.
Hoy el sentimiento nacionalista
me invade, traducido más en ansiedad y esperanza que en miedo, y es este
sentimiento el que me permite hacer una retrospectiva de los últimos años de mi
Venezuela y desear un cambio sustancial en los esquemas políticos, que han
manchado nuestro sistema social, convirtiéndonos en una sociedad polarizada y
enemistada por unos colores que no nos representan ni identifican… Mi bandera
es tricolor, y venezolanos
somos todos y está en juego el futuro de todos, porque de los aciertos y
desaciertos, participaremos todos!!!
ESTAR LISTOS o ser MADUROS, también
implica conciencia de patria, a favor de quienes somos sus ciudadanos y no de
un partido político en particular, o lo que es peor, de un proyecto personal,
que quiere ser absoluto.
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