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domingo, 26 de mayo de 2013

A favor y en contra...

Últimamente el tema sobre la medicalización de los niños con diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención - Hiperactividad (TDA-H), ha mantenido ocupados a muchos padres, maestros y profesionales de salud o no, con opiniones encontradas  a favor o en contra ante tal decisión.

Basada en mi experiencia y estudios, me he encontrado con dos perspectivas antagónicas:

  1. Una biológica, cuyo interés se centra en la terapia farmacológica que asegura que la acción terapéutica mas adecuada es la medicación, dando al TDA-H un origen genético y no psicológico, a pesar de la cantidad de publicaciones que lo desmienten (National Institutes of Health, 1998; Morley y Hall, 2004). Esta práctica ha cobrado auge en el país.
  2. Otras posturas consideran que la intervención conductual es suficiente, ya que los síntomas y signos del TDA-H pueden aparecer por múltiples causas: familiares - ambientales - emocionales - medicamentosas, lo que hace que sean transitorios y variables en su manifestación.
En Venezuela, no hay publicaciones estadísticas oficiales acerca de la prevalencia, edad y tratamiento de los niños disgnosticados con TDA-H, salvo las publicaciones de Montiel y Peña (2002), quienes reportan una prevalencia del 7%, cifra que ha sido superado en los últimos años y es lo que hace álgido el tema, porque si tengo claro, que muchos de estos niños están mal diagnosticas y por ende, el tratamiento no es el adecuado, siendo sobre-medicados, cuando en realidad no lo amerita y es el niño que vemos "atontado" en nuestras aulas.

He tenido casos donde la intervención terapéutica conductual, ha sido suficiente: ciertos ajustes en el ambiente y todo mejora, de la misma manera he tenido casos en los que la medicación es necesaria, dado que el control de impulsos del niño es tan bajo o efímero, que incluso ponen en riesgo su integridad física y la de otros y es aquí donde el equipo multidisciplinario (médicos, psicólogo, psicopedadogo, maestro) debe discutir el tratamiento a indicar y monitorear su evolución desde las diferentes aristas, de la integridad del niño. También he sido testigo del deterioro que pueden tener estos niños, si el tratamiento no es el adecuado.

De todos estos agentes, el único con facultad para indicar el tratamiento farmacológico es el médico neuropediatra, o psiquiatra, con suficiente formación en el desarrollo infantil. NO ES UNA DECISIÓN A PRIORI, este es otro tema... lamentablemente!

Un profesional responsable, no deja la decisión en manos de los padres, ni siquiera la sugerencia de aumento de la dosis, porque "debe estar mas tranquilo" o porque "sus calificaciones escolares deben ser mejores". El abordaje terapéutico en la clínica infantil, debe ir en función de las manifestaciones propias y particulares de cada niño y ambiente familiar, con observaciones registradas del comportamiento, MADUREZ y respuestas del niño, que permitan ir ajustando las decisiones, basadas en la evidencia.

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