Durante la infancia, el sistema nervioso adquiere habilidades cada vez más específicas que son indicadores de la madurez del niño. El desarrollo de esta área se da conforme el niño crece de manera natural, no obstante es importante su estimulación y ante los retraso, adoptar medidas terapéuticos para ayudarlas a prevenir.
Entre estas habilidades se encuentran las Motoras Finas, que son aquellas que incluyen los movimientos de los sectores más pequeños del cuerpo con son los dedos y para ello recomiendo:
- Hacer trazos libres en la arena.
- Girar las manos de un lado a otro,
- Abrir una mano mientras se cierra la otra.
- Juntar y separar los dedos en secuencia.
- Tocar cada dedo con el pulgar de la misma mano.
- Teclear los dedos sobre la mesa.
- Cerrar la mano y sacar uno a uno los dedos.
- Con la mano abierta y apoyada sobre la mesa, levantar los dedos uno a uno.
Con el desarrollo de la motricidad fina, también se estimula la coordinación óculo-manual y aunque estas actividades requieren mayor nivel de capacidad, las destrezas se adquieren a través del juego que entretienen al niño, y entre la actividades recomendadas se encuentran:
- Enroscar y desenroscar
- Ensartar cordones
- Encajar objetos
- Agarrar objetos pequeños: granos, piedritas...
- Hojear libros y/o revistas
- Repartir cartas
- Abrochar y desabrochar botones
- Atar y desatar lazos
- Modelar con plastilina: bolas, cilindros...
- Rasgar y recortar
- Doblar papel
La estimulación de estas actividades tendrá repercusión positiva en las habilidades académicas del niño, ya que son los ejercicios previos para la lectura y la escritura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario